“Pagadnos lo que nos debéis”: las estrellas de la NBA femenina alzan la voz contra la liga

28 Jul, 2025

Las jugadoras de baloncesto más importantes de Estados Unidos cargan contra la WNBA exigiendo mejores salarios y condiciones laborales.

Solo las propias deportistas pueden transformar el sistema desde dentro. Las protestas de la selección española de fútbol o las denuncias por abusos por parte del equipo americano de gimnasia artística son solo algunos de los ejemplos más mediáticos en los que la lucha por los derechos de la mujer en el deporte ha estado en primer plano.

Ya sea a través de redes sociales o a través de la moda, las reivindicaciones públicas de mejoras en las condiciones de trabajo y salarial para las deportistas se están multiplicando en los últimos años.

Durante el Partido de las Estrellas de la WNBA celebrado hace apenas unos días, las jugadoras lanzaron un mensaje contundente a la liga: “Pagadnos lo que nos debéis”. Con camisetas impresas con ese lema, las integrantes de los equipos de Caitlin Clark y Napheesa Collier aprovecharon el escaparate mediático para visibilizar su lucha por un reparto más equitativo de los ingresos y mejores condiciones laborales.

Los números las amparan: más de 16.000 asistentes en directo llenaron el pabellón de Indianápolis y millones de espectadores en casa. Prácticamente la misma tónica que lleva cosechando la liga americana de baloncesto femenina durante el último año.

Una competición que está en completo auge en el país, no solo a nivel de popularidad, sino también de producción de ingresos. Es esa la prueba que demuestran las jugadoras y por la que alegan estar siendo ignoradas desde los puestos de mayor responsabilidad de la liga.

¿Habrá convenio colectivo justo?

La protesta llega en un momento crucial: las negociaciones por un nuevo convenio colectivo están estancadas. Más de 40 jugadoras se reunieron recientemente con la WNBA, pero las conversaciones no llegaron a más. El tiempo apremia: el marco actual expira el próximo mes de octubre.

Uno de los puntos clave del desacuerdo es el modelo de reparto de ingresos. Mientras que la liga propone mantener un porcentaje fijo, las jugadoras exigen un sistema vinculado al crecimiento del negocio. Actualmente, las jugadoras reciben apenas el 9,3% de los ingresos generados por la WNBA, frente al 50% que se reparte entre jugadores y propietarios en la NBA.

La brecha salarial es abismal. El sueldo medio en la WNBA ronda los 102.000 dólares, con un máximo de 249.000. En la NBA, el salario mínimo supera los 1,2 millones, y el promedio asciende a más de 13 millones. Para poner un ejemplo, Stephen Curry cobrará en la próxima temporada más de 59 millones de euros, por los 208.000 de Breanna Stewart, una de las grandes baloncestistas de la liga americana.

Esto significa que, jugadores como Anthony Davis o Antetokounmpo recibirán un salario 250 mayor que el de sus compañeras de deporte. Si se comparan los ingresos anuales entre ambas ligas, la diferencia es más baja (13000 millones de la NBA por los 200 de la WNBA en 2024), desmontando los comentarios de sus detractores.

Brittney Syke Durante el partido del All-Star
Brittney Syke Durante el partido del All-Star

Michael Conroy/AP

El crecimiento reciente de la WNBA refuerza los argumentos presentados por las jugadoras. En 2024, la liga alcanzó cifras récord en audiencia, asistencia y venta de productos. Firmó un acuerdo mediático de 2.200 millones de dólares y anunció tres nuevas franquicias. Las atletas insisten: ellas han sido fundamentales en ese impulso y quieren una porción justa del éxito que han contribuido a generar.

“Queremos un modelo que nos permita crecer junto con la liga”, dijo Napheesa Collier, estrella de las Minnesota Lynx y capitana de uno de los equipos del All-Star. Nneka Ogwumike, alero de las Seattle Storm y presidenta del sindicato. añadió: “No pedimos caridad, pedimos coherencia con la evolución del negocio”.

La tensión no hace más que aumentar; algunas jugadoras no descartan una huelga si no hay acuerdo antes del final de temporada. Mientras tanto, ligas alternativas como Unrivaled, fundada por la propia Collier y Breanna Stewart, ya ofrecen sueldos más competitivos y propiedad accionaria para las atletas.

La camiseta que llevaron el sábado no fue solo una propuesta: fue un recordatorio de que la oportunidad de transformar la WNBA es ahora y ellas son parte del cambio.

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