Con una energía imparable y una carrera que la ha consolidado como una de las pilotos más destacadas del automovilismo internacional, Tatiana Calderón se ha convertido en sinónimo de talento, pasión y resiliencia en los circuitos que pisa. Originaria de Bogotá, Colombia, la piloto ha competido desde las categorías de karting locales hasta los grandes escenarios de la Fórmula 2 y otras competiciones internacionales como la Indy Car.
Tatiana se embarca ahora en un nuevo desafío como head coach del equipo de Thibaut Courtois en la Fórmula 4 para guiar a los jóvenes talentos que buscan alcanzar la excelencia y abrir puertas a más mujeres en este deporte.
Una piloto de carreras que comienza a dirigir detrás de los boxes. ¿Qué es lo que te motivó a dar el paso?
La verdad es que nunca me imaginé que me fuera a enganchar tanto con esta parte del coaching. Un día me dijeron: “Ven, prueba, mira cómo está el equipo”. Y ahí entendí que, además, como piloto es muy importante ponerse del otro lado: cómo el ingeniero ve cómo conduces a través de gráficas y las analiza para transmitirte información.
¿En qué consiste ser head coach en un equipo de automovilismo?
Mucha gente no se imagina la comunicación que tiene que haber entre los ingenieros y los pilotos. Y gracias a ella, se puede interpretar qué le está pasando al coche, qué necesita ese piloto, cuál es su estilo de manejo para que los ingenieros le hagan esos cambios al coche, etc. Mi función es que esa relación entre el piloto y el ingeniero empiece a fluir y entender cuál es la filosofía de cada equipo.
Empezaste guiando a pilotos de simuladores y ahora te atreves con coches reales. ¿Cómo está siendo este cambio de 180 grados?
Ha sido muy bonito, porque yo empecé a trabajar con ellos en el campeonato de Racing Prodigy en Estados Unidos, que intenta que todos los pilotos de simuladores de e-sports conduzcan coches reales. Me quedé impresionada del talento que existe hoy en día en los simuladores y de cómo ha avanzado esta tecnología que se siente cada vez más real y precisa.
Además, es increíble ver cómo muchas personas que nunca han tenido la oportunidad de llevar un coche, algo desafortunadamente muy caro, pueden acceder a esta experiencia por otras vías. Es más accesible, ya que muchos comienzan en sus propias casas.
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Toda esta oportunidad te ha venido de la mano del portero del Real Madrid Thibaut Courtois. ¿Cómo ocurrió esta conexión?
Fue a través de la persona responsable de marketing, Javier Guerra. Él fue quien me contactó primero para Prodigy, comentándome: “Thibaut quiere entrar en este proyecto y necesitamos un coach. Me han hablado muy bien de ti”. A partir de ahí empezamos a construir esa relación y la experiencia fue muy positiva. Nos fue muy bien en el campeonato y ganamos muchas carreras. Después, Javier me dijo: “Quiero que vengas a la Fórmula 4”.
Aún no he tenido el placer de conocer personalmente a Thibaut, pero solemos intercambiar mensajes por Instagram y siempre hablamos de la posibilidad de coincidir algún día en Madrid. Sin duda, es una gran responsabilidad trabajar en un proyecto en el que él está tan involucrado.
Es curioso ver cómo él está tan comprometido en un equipo de automovilismo.
Lo que más me impresiona es la pasión que él tiene por este otro deporte más allá del fútbol, en este caso por el automovilismo. Quiere rodearse de personas que compartan esa misma pasión y, además, busca dar oportunidades también para mujeres. Creo que en ese punto conectamos mucho.
También cuentas con el patrocinio de una de las celebrities más influyentes del momento, Karol G. ¿Cómo es tener a tu lado a la ‘Bichota’?
Desafortunadamente, el patrocinador principal con el que competía en Estados Unidos en la IndyCar dejó de hacer los pagos y a mitad de temporada me quedé sin patrocinio. Karol G se enteró y dijo: “Yo quiero apoyarte, ¿cómo es posible que no haya más empresas respaldando a una mujer en este deporte?”. A partir de ese momento, llevo orgullosa el logo de ‘Bichota’ en todos mis coches.
Estoy muy agradecida con Karol G y con todo su equipo de trabajo, que además está compuesto en gran parte por mujeres. Su hermana Jessica es su mánager, y en mi caso, mi hermana también es la mía. A través de su fundación Con Cora, que también trabaja por el empoderamiento femenino, hemos desarrollado varios proyectos juntos.
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Todo esto transmite un mensaje muy claro: mujer apoya a mujer.
Sí, pero también plantea la pregunta: ¿dónde están esas empresas cuando la única mujer que competía se queda sin patrocinio? Ha sido muy especial transmitir este mensaje y conocer a Karol; es una persona con un corazón increíble, mucho más de lo que alguna vez imaginé. Que una artista de su tamaño quiera involucrarse de verdad en apoyar a más mujeres es algo muy poderoso.
Además, ahora formo parte de la agencia Rimas Sports, que pertenece a la misma discográfica de Bad Bunny, y soy la primera mujer que representan. Ambos artistas están comprometidos en apoyar el talento latinoamericano y, en mi caso, ese respaldo también significa seguir impulsando un mensaje claro: apoyemos el deporte femenino y creamos en el talento de las mujeres.
Este ha sido un deporte dedicado y destinado históricamente a hombres. ¿Cómo ha sido tu experiencia en esta industria?
En mi caso, cuando fui piloto de pruebas en Fórmula 1, fue precisamente una mujer quien me dio la primera oportunidad de estar vinculada a un equipo. Muchas veces no se nos permite mostrar el talento que tenemos simplemente por nuestro género. Es algo que ha estado presente históricamente en el deporte, pero creo que ya es hora de cambiarlo, y quiero ser una de esas personas que empieza a generar más oportunidades para las mujeres en este mundo desde la posición que tengo.
Siempre me han dicho: “Queremos potenciar un coche que se adecúe a las características de las mujeres, porque creemos realmente en su potencial. Queremos tratarlas de la misma manera; si tienes aptitudes, queremos que estés con nosotros”. Y creo que eso es algo muy valioso. Al final, hombres y mujeres nos complementamos, tenemos ideas y formas diferentes de hacer las cosas.
¿Sueles trabajar con más mujeres en el circuito?
Hoy en día me he encontrado con muchas mujeres trabajando en el automovilismo: como mecánicas, ingenieras o jefas de equipo. Tal vez no tantas en el rol de coach, y ahí está también el reto. La mayoría de los pilotos que tenemos en el equipo son hombres y surge la pregunta de “¿cómo van a recibir un consejo de una mujer?” Ganarse ese espacio no es sencillo, pero es la manera de empezar a cambiar percepciones, de construir credibilidad y de abrir caminos.
¿Cómo te sientes teniendo esa responsabilidad y ese ‘poder’ para ayudar a otras mujeres?
Creo que nunca me había detenido a pensar: “Cuando tengas el poder, ¿qué harás con él?”. Y entendí que esa responsabilidad no significa imponer la presencia de mujeres, sino abrir el camino para que lleguen aquellas que realmente son apasionadas, que tienen las ganas de brillar y que han cultivado sus aptitudes durante años. Muchas veces no se les da la oportunidad, simplemente para evitar conflictos dentro del equipo.
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¿Crees que en un futuro cercano la situación cambiará?
Yo quiero comenzar a cambiar todo, aunque sea con pequeñas acciones: considerar a una candidata, darle una prueba, abrirle la puerta. Pienso que todas las mujeres deberíamos reflexionar sobre esto y buscar hacer esos cambios, por pequeños que parezcan. Sé que no todas las mujeres quieren estar o compartir una mesa más grande en los puestos de liderazgo, pero creo que ese debería ser nuestro enfoque. Y es el que yo quiero aplicar cada vez que tenga la oportunidad de liderar proyectos.
¿Haber pilotado un coche de Fórmula 1 o participado en carreras importantes te ha ayudado a asumir mejor estos roles de liderazgo?
Sin duda. Cuando eres parte de un equipo de Fórmula 1 te das cuenta de la cantidad de personas que deben coordinarse: más de 300 empleados trabajando para que solo dos coches puedan ir lo más rápido posible. Ahí aprendes la importancia de la comunicación, de lo que necesitas saber como piloto y de todo lo que ocurre ‘detrás de cámaras’ con los ingenieros. Empiezas a valorar mucho más el trabajo de cada uno, y entiendes que, si no existe una sincronía en ese esfuerzo colectivo, los resultados simplemente no llegan.
Esa experiencia me abrió la mente y me hizo comprender la importancia de comunicar de manera clara lo que quieres cambiar. Aprendí una verdadera filosofía de trabajo en equipo, y creo que eso lo aplico en todo lo que hago en mi vida. Por eso el deporte es tan importante para mí; te enseña tanto sobre ti misma como sobre cómo funcionan los negocios. Y el automovilismo, sin duda, es el ejemplo perfecto de todo esto.
Has sido la primera mujer latinoamericana en pilotar un coche de Formula 1, ¿Qué se siente al vivir esa experiencia?
Creo que toda mi vida soñé con la Fórmula 1. Después de 15 años de trabajo, llegó esa primera prueba. Fue un momento muy especial, con esa mezcla de miedo y emoción preguntándome si realmente estaba preparada, y a la vez sentir que estaba viviendo mi sueño. Al final pensé: “ojo con lo que sueñas, porque se puede hacer realidad”. Para mí significó muchísimo, porque además existía esa incertidumbre de que nunca una mujer, viniendo de Latinoamérica, se había subido a esa generación de coches.
Saber que pude conducir muy bien, marcar tiempos que incluso sorprendieron a muchos ingenieros, fue la confirmación de que todo el esfuerzo había valido la pena. Y también me hizo reflexionar sobre algo importante. Muchas veces la gente se pregunta: “¿Cuándo va a estar una mujer preparada para correr en Fórmula 1?”. Pero realmente para mí fue al revés: “¿Cuándo va a estar la Fórmula 1 preparada para darle una oportunidad a una mujer?”.
¿En qué sentido esta industria del automovilismo puede incluir unos cambios tangibles y físicos para ser igualitaria?
Yo me sentí totalmente cómoda con el coche, que estaba hecho a mi medida, con los mejores ingenieros trabajando conmigo. Nunca antes había tenido esa oportunidad de contar con lo mejor, y eso me hizo ver que el automovilismo todavía necesita muchos cambios para que las mujeres tengan oportunidades reales.